LA IMPORTANCIA DE LA DEFENSA DE LA PROGRAMACIÓN Y DE LA UNIDAD DIDÁCTICA EN LA OPOSICIÓN DE EDUCACIÓN SECUNDARIA

La última prueba de la oposición a secundaria resulta clave a la hora de obtener la plaza de profesor

Las pruebas para convertirte en profesor de educación secundaria suponen un importante grado de dificultad para cualquier opositor, exigiendo una alta intensidad en su preparación, pues los procedimientos selectivos son difíciles y de diferente índole. Si tuviéramos que hacer una comparación deportiva, podríamos equipararla con un Triatlón, donde los atletas tienen que superar con éxito complicadas pruebas de distintas especialidades: atletismo, natación y ciclismo. Y además llegar los primeros.

Algo parecido ocurre con las oposiciones a secundaria: hay que demostrar aptitud pedagógica, conocimientos, experiencia, cursos y otros méritos. Existen además especialidades como Geografía e Historia, donde los conocimientos son muy extensos, pues abarcan Geografía, Historia Universal e Historia del Arte.

Ante esta ingente cantidad de estudio por realizar, un elevado número de opositores optan por centrarse en las dos primeras pruebas de la oposición, la prueba práctica y el desarrollo por escrito de un tema. Consideran que ya es un gran esfuerzo prepararse esta parte, y que si tienen suerte y la pasan, ya se dedicarán a desarrollar la siguiente prueba de programación y unidad didáctica, a contrarreloj, entre la publicación de las notas y el comienzo de la segunda parte, normalmente en una o dos semanas.

Si el objetivo es lograr una interinidad, la estrategia parece lógica. Pero si lo que queremos es alcanzar la plaza, la estrategia es totalmente errónea.

Si observamos el actual baremo de la oposición, el 50% de la nota se corresponde con la programación+unidad didáctica, por lo que es aquí, en este apartado, donde nos jugamos la plaza. Y es justamente aquí por dos motivos principales:

Por un lado, porque es muy difícil alcanzar el 9 (y ya no digo el 10) en la primera prueba (prácticos y tema) que supone el otro 50% de la nota de oposición, ya que para ello haya que tener un dominio absoluto de toda la materia de la modalidad, cosa casi imposible. En el ejemplo de Geografía e Historia, debes tener un amplio conocimiento de Geografía, Historia y Arte para poder superar cualquier prueba vinculada con estas extensas disciplinas, algo casi inabarcable.

Por otro lado, es bastante asequible lograr el 9 (e incluso el 10) en la segunda prueba de defensa de programación y desarrollo de una unidad didáctica, ya que el contenido es mucho más concreto. Además, el enunciado de lo que te va a pedir el tribunal ya viene en la convocatoria, con lo que es mucho más fácil prepararlo a la perfección, frente a la primera prueba de conocimientos, donde no sabes que te van a preguntar.

Si no has sido profesor interino y no tienes muchos puntos de experiencia, hacer bien una programación y unidad didáctica es casi la única posibilidad de lograr plaza. Si has sido profesor interino y tienes puntos de experiencia, una buena programación y unidad didáctica es tu garantía de éxito.

Pongamos un ejemplo, de un opositor sin experiencia, que obtiene un 6 en las pruebas de conocimientos (parte práctica y desarrollo de un tema), y un 9 en la prueba de aptitud pedagógica (programación y unidad didáctica). De esta forma en la fase de oposición obtiene un 8,5 de media.

Si en la parte de concurso sólo llega a un 3 (formación académica y cursos), su puntuación total será de un 5,7. La nota de corte en Madrid en la convocatoria de 2018 en Geografía e Historia fue de 5,69 por lo que este alumno tendría plaza gracias en gran parte al 9 que sacó en la defensa de la programación y la exposición de la unidad didáctica.

Es por ello, que desde OPOGEO, Preparador de Oposiciones Geografía e Historia, le doy una gran importancia al desarrollo de una buena programación y unidades didácticas, ayudando a los opositores a prepararlas desde comienzos de curso.

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