La oposición de Geografía e Historia requiere un gran esfuerzo y dedicación por parte del opositor. Para obtener una plaza, hay que aprobar con la mejor nota posible todas las pruebas de la fase de oposición. Es una competición, donde tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos para obtener el mejor resultado. Sólo así podremos lograr la ansiada plaza. Somos “atletas intelectuales”.
A partir de aquí os exigiré un alto rendimiento, ya que sin vuestra dedicación y trabajo, mi papel de preparador no habrá valido la pena. Con vuestro esfuerzo, a través de las clases y del material preparado, llevaremos a cabo un “entrenamiento semanal”, mediante el cual trataremos de llegar los primeros a la meta que supone lograr la plaza.
Dos son las claves básicas para el éxito en las pruebas de la fase de oposición: demostrar conocimiento y plantearlo de forma ordenada. En estas pruebas tenemos que dejar el menor espacio posible a la improvisación. Debemos tener todas las pruebas perfectamente estructuradas en nuestra cabeza, de forma que podamos escribirlas o decirlas oralmente de forma casi mecánica y no perder tiempo en pensar que vamos a decir, y como lo vamos a decir.
Creedme, los 120 minutos que suelen durar los ejercicios prácticos de arte, historia y geografía se pasan muy rápidamente. Además debemos de dejar tiempo final para repasar lo escrito y comprobar que no haya faltas de ortografía que nos resten puntos. Por tanto, al igual que en la prueba del desarrollo de un tema, el cual debemos tenerlo memorizado, incluso practicado, debemos hacer algo similar con los prácticos.
Lo mismo ocurre con la defensa de la programación y con la exposición de las unidades didácticas. Todo debe estar perfectamente estructurado y ensayado en nuestra memoria. Con esto combatimos la incertidumbre y los nervios, aportándonos seguridad, algo fundamental para lograr la plaza.
Para alcanzar estos objetivos, mi estrategia de entrenamiento se basa en cuatro elementos:
Disponer del material adecuado, en cuanto a cantidades y contenidos. No se trata de bombardearos de materiales múltiples, desordenados, complicados que agobien, sino de contenidos justos y precisos. Además tenemos que buscar la transversalidad, donde el contenido de un tema, nos sirva para realizar parte de un comentario.
Entrenamiento constante. Cada uno debe realizar semanalmente todos los prácticos posibles, así como el estudio de los temas asignados esa semana. La soltura en el examen se gana practicando constantemente durante el curso. Igual pasa con los prácticos, donde el conocimiento que nos proporcionan los temas y el uso de plantillas para su adecuada estructuración, nos dará soltura para enfrentarnos a las diferentes posibilidades. A partir de muestras de programaciones y unidades didácticas, realizaréis las vuestras, las cuales expondréis en la clase, a fin de coger la confianza de hablar en público y poder enfrentaros al tribunal.
Aprender de los demás, escucha activa y participación durante las clases. La corrección de un práctico, de un tema o de la exposición de una programación de un compañero, nos ayudará a completar y mejorar nuestro trabajo. Todos intervenimos y todos salimos ganando.
En la clase alternamos entre contenidos teóricos y su aplicación a la práctica. Para ello, a lo largo del curso se combinan dos tipos de sesiones:
Clases de contenidos: donde imparto contenidos para ayudaros a desarrollar los prácticos y las pruebas de aptitud pedagógica (programación y unidades didácticas)
Clase de correcciones: donde corregimos los comentarios prácticos que debéis desarrollar a lo largo de la semana, así como las dudas acerca de la programación y de las unidades didácticas.